Me ha gustado muchísimo.
Tenía unos tomates maduros que ya pedían aprovechamiento y a su vez tenía ganas de hacer un entremés al que le venía muy bien esta mermelada.
¡ Hay que ver la cantidad de productos que se pueden aprovechar de esta manera !
Por si quieres echar un vistazo, te dejo aquí como hacer>> mermelada de calabaza también muy rica.
La verdad que hacer mermeladas es algo muy sencillo, solo tienes que tener en cuenta el dulzor del producto elegido y de ahí echarle más o menos azúcar.
Para esta mermelada, como verás, le he puesto la mitad de azúcar que de tomates pesados una vez pelados y troceados.
A mi me gusta tal y como está y no soy de empalagues, pero tengo que reconocer que su sabor es tirando a dulzón, no te aconsejo echarle más azúcar, es más, si eres de poco dulce, te animo a que restes unos 50 gr de azúcar, tampoco más.
También tienes la posibilidad de echarle algún tipo de condimento adicional para hacer un pequeño contraste o una mejora en su sabor, en este caso, yo he optado por un sobre de azúcar avainillado, que si no lo echas no pasa absolutamente nada.
Ahora te explico algo importante para ya empezar con nuestra mermelada y es esterilizar los tarros donde las vas a guardar.
Ponemos los tarros destapados junto a las tapas en una cazuela suficientemente grande y los cubrimos de agua.
Los dejamos hasta que hiervan y transcurran diez minutos, una vez apagado el fuego los dejamos en el agua hasta que ésta se enfríe.
Los sacamos y los ponemos boca abajo sobre un paño, secamos y listos para rellenar, solo nos falta hacer la mermelada .
¡ Vamos a ver los pocos ingredientes que necesitamos !
Ingredientes:
1kg tomates
250 gr de azúcar
1 sobre de azúcar avainillado
1 Cucharada de zumo de limón.
Una pizca de sal
Preparación:
1. Lo primero pelaremos los tomates y para eso si te hace falta, los puedes escaldar, les haces unas marcas sobre la piel superior y los metes lavados en agua hirviendo, déjalos solamente un minuto o menos, no más.
2- Los sacas de inmediato sobre un escurridor dejando que les corra el agua fría o en un bol con agua y algún hielo, esto como tú prefieras.
3- Seguidamente los pelamos, no tendrás ninguna dificultad, desechamos la piel y los troceamos.
4- Los ponemos en una cazuela y les echamos el azúcar normal y la cucharada de zumo.
5- Los tenemos a fuego moderado y los vamos removiendo, verás que sueltan mucha agua, pero es normal, se ira espesando.
6- Cuando empiece a reducir le pasas la batidora para que no te quede ningún grumo y cuelas el preparado para no encontrarte semillas.
Lo vuelves al fuego y cuando espese un poco más, que veas que está cogiendo brillo, le echas el sobre de azúcar avainillado.
Lo dejas hasta que coja la textura y brillo característico de las mermeladas.
Puedes coger con la cuchara e ir probando la textura.
Cuando la tengas, rellena hasta arriba del cuerpo de la botella, dejando libre justo la zona de la rosca.
Ahora tienes para elegir dos métodos de conservación, uno es echar la mermelada caliente en los tarros, cerrarlos bien y de inmediato ponerlos boca abajo y dejarlos unas horitas para que hagan el vacio.
Otra es poner un paño en una cazuela, poner sobre el los tarros de pie y dejarlos hervir quince minutos, los dejas enfriar, los sacas, secas, etiquetas y listo.
Parece laboriosa pero no lo es tanto y ademas el resultado merece la pena.
Gracias por visitar mi blog.
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